Páginas

lunes, 18 de febrero de 2013

Los fantasmas de Cojedes


 De El Llano en voces (Antología de la narrativa fantasmal cojedeña)


TARDES COJEDEÑAS JUANITO NAVARRO.mp3TARDES COJEDEÑAS JUANITO NAVARRO.mp3
2457 kb   Reproducir   Descargar  


El Baúl
http://youtu.be/v3WyGIMLJxI
Jose Francisco Romero actualizó su estado: 

   "MELANCOLÍA TORMENTOSA (Anni Raquel Pérez Infante) 
(Nota: Esta obra es tomada de El Llano en voces: Antología de la narrativa fantasmal cojedeña y de otras soledades, publicada por la UNELLEZ-San Carlos, Cojedes. Compilación de Isaías Medina López y Douglas Moreno) .



     En cuestiones de espantos, hasta un rincón en el cielo puede servir pa que esos bichos asusten. Si en los terrenos de los santos, eso es así, en Tinaquillo tenemos espacio pa los aparecidos de sobra. Dígame por los laos de La Floresta o por El Casupo arriba. En cualquier estanque aparece el rostro de un animal del más allá. 
   Yo me voy a referí a los muertos de las ventanas. Sí, esos que se quedan pegados a la pared como chupando la sangre que los vivos dejan en cada pasada. Mejor dicho, a las muertas de las ventanas, pues en Tinaquillo hay más espantas que espantos. 
     Esta es la historia de una mujer que mentaban La tuerta Gumersinda o tal vez la mía. Puede que usted no lo crea, pero a ella la consiguieron mirando perdida por la ventana. 
        La noche anterior las estrellas se metieron en la oscurana del cielo, hasta que los pensares y los recuerdos la apresaron en su mente. El diluvio se acercaba, los truenos casi se metían en la casa y el rugido del miedo se adueñó de su vista paralizándola. En un santiamén su mundo cambió, no podía abrir los párpados. Sentía un escozor como de culebras pasándole por su cuerpo; asustada y desesperada, gritaba sin abrir los ojos ¡AAAh! 
     Se lanzó por la ventana y cayó por un barranco muy oscuro sobre en un barrialón muy feo, trataba de subir, pero no podía, era como un purgatorio lleno de agua, la lluvia caía incesantemente, el viento soplaba muy fuerte: ¡fuuuuu!. En El Cañizal los perros y los mochuelos, tronaban sus oídos ¡Auuuu! ¡Buuu Buuu!. 
     Empezó a correr, a gritar, pero sus pies se hundían en el pajonal, tropezó con una vieja cruz incrustada. Entonces muchas manos la atraparon y al querer moverse más se fue hundiendo, hasta quedar inmóvil. Despertó rodeada de velas y muy rígida ¡Pero qué estaba viendo! Eran unos bichos sin cara que rebuscaban su cuerpo. Una luz y fuertes llamas la iluminaron. 
     Después llegó un espíritu ennegrecido con una guadaña que hacía brillar en una danza de pasos lentos. Su tamaño y su voz iban aumentando ¡EEE! ¡Yaaa! ¡EEE!. 
     Ella también gritaba muy asustada y siente de pronto algo muy raro; la aparición penetró en su cuerpo. Sus ojos se cargaron de sangre, su aliento retumbaba terriblemente. “La muerte se acerca” se dijo pá sus adentros. Unos campesinos se acercaron al oír la grizapa y las cabezas de los animales del monte llenaron el alrededor. 
  Pero el ánima maléfica que seguía adueñándose de ella, los espantó como si nada; cuando escuchó el sonido silbante de la guadaña inmensa calentándole la frente, ya no podía moverse, las llamas se acercaban y al bajarle por el pecho, pum se despertó, por fin volvió en sí, el sol penetró por la ventana y el sudor le recorría su piel de manera incontrolable, con ansias de salir de ese terror. 
    La casa estaba toda regada como si hubiese habido un joropo. Me impactaron tanto las huellas de sus pasos que no he podido escapar de esos recuerdos. Pueda que usted no lo crea, pero tóqueme la frente, palpe usted mismo. Míreme pues a los ojos; porque ella, soy yo: Gumersinda Noguera, pa servirle; siempre a su disposición aquí en Tinaquillo, en cualquier ventana, en la oscuridad de la noche."



 


Iglesia Pentecostal del nombre de Jesús, en San Carlos
                          Linderos de Cojedes                              Ubicación geográfica:
 
Ciudades de Cojedes                                      Escudo de armas:
 
Mapa de Cojedes
                      

1 comentario:

  1. La versión de TARDES COJEDEÑAS que se incluye en este post, no la conocía. Sin embargo tengo dos en voces de la insigne MAGDALENA SANCHEZ y la que para entonces era una niña: MARIA DE JESUS CISNEROS.

    MARIA DE JESUS era contemporánea a la archiconocida RAQUEL CASTAÑOS "La Pecosita".

    ResponderEliminar