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martes, 18 de octubre de 2011

Huellas de nacionalidad: Miguel Otero Silva





-¡Ahhh, aquellos jóvenes de antes! ¡Bendita rebeldía juvenil!
Ellos fueron tejedores de nacionalidad, centinelas de lo nuestro y son un orgullo de mi estirpe







Miguel Otero Silva nació en Barcelona, estado Anzoátegui, el 26 de octubre de 1908. Miembro de la llamada Generación del 28, participó activamente en las revueltas estudiantiles de 1928 contra el régimen de Juan Vicente Gómez, por lo cual tuvo que exiliarse. En Paris se afilió al Partido Comunista Francés. Participó en la fallida expedición de Falcón en 1929. Regresó a Venezuela después de la muerte de Gómez, pero fue desterrado a México un año después por el gobierno de Eleazar López Contreras.
Hijo de Enrique Otero Vizcarrondo y Mercedes Silva Pérez, MOS fue un destacado escritor, humorista, periodista y político. Fue estudiante del Liceo Caracas, cuando lo dirigía Rómulo Gallegos. Allí compartió estudios y vivencias juveniles con Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Isaac J. Pardo y Rafael Vegas, entre otros jóvenes de entonces.
En ese plantel siguieron formándose como ciudadanos de primer orden, y comenzaron a tejer sueños de libertad, de nacionalidad.  En 1924 MOS inició estudios de Ingeniería Civil en la Universidad Central de Venezuela, los cuales no terminó.  En 1925  (a los diecisiete años) publicó en la revista Elite su primer poema, Estampa, en el cual muestra influencia de Rubén Darío y Amado Nervo.


Por esos años se reveló también como humorista y con el seudónimo de Miotsi comenzó a escribir en el periódico Fantoches y en la revista Caricaturas. Durante los acontecimientos de la Semana del Estudiante el 6 de febrero de 1928 –con su reina Beatriz I, el estribillo de Saca la pata lajá y el discurso “subversivo” de Jóvito Villalba, considerado en su tiempo el mejor tribuno de Venezuela – a MOS se le vinculó a la conspiración militar del 7 de abril de 1928.
Ante el acoso de la policía debió huir al extranjero, donde sigue su actividad política junto a otros jóvenes venezolanos. En el extranjero formó parte del contingente de venezolanos que comandados por Gustavo Machado y Rafael Urbina López, participó en la toma del fuerte Ámsterdam de Curazao y prepara una invasión a Venezuela por las costas de Falcón (junio 1929).




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Los jóvenes del 28 se enfrentaron a J.V. Gómez
"Sigala y Balaja.Saca la pata lajá. Alá y Balajá.Saca la pata lajá, y ajá y ajá". 


En 1949 MOS obtuvo el título de periodista en la UCV; en 1951, se separa del Partido Comunista de Venezuela, con el argumento de que no estaba hecho para las disciplinas de partidos. Una vez alejado de la práctica política, vive una época de creación literaria: viajó al Guárico y, luego de investigar durante un año como floreció y cómo, debido a las fiebres palúdicas, se derrumbó la población de Ortiz, escribe Casas Muertas, novela con la cual gana el Premio Nacional de Literatura (1955-1956) y el Premio de Novela Arístides Rojas.




Inició su carrera periodística durante el gobierno de Isaías Medina Angarita, fundando los semanarios El Morrocoy Azul y Aquí está (1941]. El 3 de agosto de 1943 fundó en compañía de su padre, Henrique Otero Vizcarrondo; y del escritor Antonio Arráiz, el periódico El Nacional. En 1946 abandonó el Partido Comunista y se casó con María Teresa Castillo Terán.
Fue secretario general del gremio de periodistas durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez. Elegido senador en 1958, propuso la creación del Instituto de Cultura y Bellas Artes (INCIBA]. En 1974 contribuyó a la creación del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC] y la Galería de Arte Nacional (CAN]. Cultivó la novela realista de denuncia social —Fiebre (1941), Casas muertas (1955], Oficina n.° 1(1968], Cuando quiero llorar no lloro (1970]— y la novela histórica Lope de Aguirre, príncipe de la libertad (1979). Murió en Caracas el 28 de agosto de 1985.  De la vena poética de Miguel Otero Silva les dejo:

           

GLOSA
Miguel Otero Silva


Al bosque me fui a buscar
el junco de tu cintura,
la rosa de tu blancura
y  el agua de tu mirar
Dejaba el río cantar
en cada recodo umbrío
y te encontró el verso mío
en la orilla florecida
porque  a orillas de mi vida
eres un lirio del río.

Cual una garza dormida
te vi en mitad del estero,
desnuda como un lucero
y como un árbol erguida.
Sobre la sabana herida
por el puñal de la luna
-gonzalito sin fortuna-
se echaba a volar mi canta
persiguiendo tu garganta
blanca como cual ninguna.

Yo tengo los ojos llenos
de lo que sin ver presiento:
del cálido embrujamiento
que está temblando en tus senos.
Sombras de árboles morenos
se  tienden en la laguna
y en la tibia noche bruna
la sabana entera siente
el embrujo de tu frente
hecha con rayos de luna.

Y aunque temo, yo no quiero
escapar a mi destino:
que dé sombra en mi camino
tu blanco cuerpo altanero.
Hecho con luz de un lucero,
con albas nubes de estío,
con amapolas del río,
con pulpa de pomarrosas
con sangre y carne de rosas
y  con gotas de rocío.< 

Sus obras fueron:


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