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martes, 13 de septiembre de 2011

Grandes Voces de la Narración Deportiva II: Musiú Lacavalerie



¡Vengan para que lo vean!

Marco Antonio Lacavalerie
(Caracas 30-01-1923-23-11-1995)


 Honor al "Musiu" de  La Cavalerie
     


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       Caraqueño de Maripérez, Marco Antonio Lacavalerie nació el 30 de enero de 1923. Hijo de Marco Antonio Lacavalerie y doña Cecilia Moreau, de origen francés ambos, El Musiú, remoquete con el cual se le conoció, hizo historia como locutor, narrador y comentarista deportivo.

    En ello fue determinante su carácter jovial y simpatía personal, unidos a su innata chispa criolla, que lo convertían en todo un maestro de la narración deportiva, con sus chuscas salidas que mantenían risueños a los fanáticos de la pelota, quienes escogían seguir cada encuentro peloteril por la emisora o televisora donde narrara el Musiú.

¡Vengan pa´que lo vean!
TIBURONES… ¡Pa encima! 
Vente tú, Tommmm
¡Ese no va pal baile!
Estas eran sus frases más utilizadas en cada narración de un juego de béisbol, para animar a la fanaticada

     Marco Antonio Lacavalerie tuvo una esmerada educación en costosas y prestigiosas instituciones educativas caraqueñas. Egresó como bachiller en el Colegio San Ignacio de Loyola. A los 16 años de edad se fue a Chile a estudiar en la Universidad Nacional, la carrera de Ingeniería Eléctrica, derrotero que no era el suyo.  La radio le llamaba desde hacía tiempo.

    A su regreso de Chile en 1946, el musiú obtiene su certificado de locución e inmediatamente comienza a trabajar en Radio Caracas Radio y Ondas Populares, emisoras del que entonces se llamaba circuito Coraven. En 1955  llegó su gran oportunidad, cuando le tocó sustituir a Pancho Pepe Cróquer en la Cabalgata Deportiva Gillette, donde se hicieron las primeras transmisiones del béisbol de grandes ligas.
     Por aquellos años también animó los programas A gozar muchachos y Fiesta Fabulosa, ambos con la orquesta Billo´s Caracas Boys.  De la radio pasó a la televisión, donde igualmente tuvo un carrera de éxitos con programas como El Batazo de la suerte, el cual se mantuvo 19 años en el aire.  Era un espacio televisivo de concursos que animaba el Musiú por Venevisión.

     Otro programa exitoso fue Compre la Orquesta, cuya animación compartió con Emilita Dago y tenía el respaldo musical de la orquesta Los Melódicos, de Renato Capriles. El gran éxito de estos programas se repitió con Operación Cupido, espacio que buscaba parejas para casarse. Cuatro años duró Operación Cupido, donde incluso su hijo mayor Musiuíto Lacavalerie, se casó con una de las concursantes. Siempre en primer lugar de sintonía.

¡Vengan pa´que lo vean!

   Comenzó a “codearse” con el deporte desde pequeño participando en caimaneras con sus amigos y vecinos. Al Musiú Lacavalerie se le conoció también por su generosidad: pagó los estudios universitarios de muchos jóvenes, promovió diversas obras sociales y patrocinó varios dispensarios médicos populares en barrios, como el 23 de Enero, por ejemplo.

¡Mi pueblo!


   Durante su carrera activa en radio y televisión Musiú Lacavalerie alternó con otras figuras destacadísimas, como Pancho Pepe Cróquer, Renny Ottolina, Cecilia Martínez (la misma de Cecilia, cuánto tiene el pote), Amador Bendayan, entre otras figuras famosas.

     El Musiú fue fanático de Los Tiburones de La Guaira. En su trayectoria figuran grandes momentos, entre muchos de ellos, el haber narrado en 1956, el juego perfecto de Don Larsen.

        Se retiró en 1993, dejando como herencia a Venezuela y la fanaticada, sus glorias en la narración deportiva y comercial; y sus tres hijos varones, locutores y narradores deportivos como él: Musiuíto Lacavalerie, Rafael Antonio “Papaleco” y Marco Vinicio.

-Vente tú, Tommmm

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